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El Paraíso de los Gauchos

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Sociedad Criolla El Paraíso de los Gauchos

Con sede en Rincón de Tranqueras frente a la Escuela El Paraíso, departamento de Tacuarembó.


Año 2025

El Paraíso de los Gauchos y su homenaje a las Minas de Oro de Corrales

La Aparcería El Paraíso de los Gauchos presenta un trabajo de investigación y recopilación histórica sobre Las Minas de Oro de Corrales y el Museo del Oro "Tito Pereira". Este proyecto, de gran valor histórico y cultural, rescata la memoria de la minería aurífera en la región, destacando su impacto social, económico y tecnológico. En el museo se exhiben rocas auríferas, pepitas de oro, objetos indígenas, herramientas de trabajo artesanal y elementos de minería antigua, que abarcan casi 200 años de historia.

La zona en cuestión, conocida como Cuñapiru, formó parte del departamento de Tacuarembó desde 1832. Sin embargo, el 29 de septiembre de 1884, mediante la Ley 1.757, pasó a integrar el recién creado departamento de Rivera, nombrado en honor al presidente de la época, Fructuoso Rivera. Este cambio territorial marcó el inicio de una nueva etapa para la región, que se consolidó oficialmente el 30 de septiembre de ese mismo año.

Durante su apogeo, las minas de oro ubicadas entre Santa Ernestina y Cuñapiru albergaron a unos 2.000 habitantes, convirtiéndose en un centro de actividad económica y social. Este período también fue testigo de un hecho histórico: la primera huelga en Uruguay, liderada por anarquistas italianos que protestaban contra los bajos salarios y los malos tratos. Este evento marcó un hito en la lucha por los derechos laborales en el país.

La represa, ubicada a unos 11 kilómetros al ingresar por Manuel Díaz, fue una obra clave para la actividad minera. Construida inicialmente por Barrial y ampliada posteriormente por la Compañía de Oro Francesa del Uruguay bajo la dirección del ingeniero Víctor L. Olivier, representó una inversión aproximada de $400.000. En sus alrededores se levantaron residencias lujosas para los directivos, así como instalaciones para el procesamiento de minerales, almacenes, depósitos, oficinas administrativas y una balanza.

La represa, con 314 metros de largo, formó un lago artificial de aproximadamente 3.000.000 de metros cúbicos de agua, que abastecía de energía a cinco turbinas de 150 HP cada una. Esta infraestructura permitió el funcionamiento eficiente de las operaciones mineras durante décadas.

En 1935, el gobierno intentó reactivar la minería otorgando los derechos a USE, un ente que adquirió la planta y 1.300 hectáreas por $150.000. Aunque se logró reiniciar la extracción de oro, el proceso finalizó en 1945. Posteriormente, UTE continuó utilizando la represa para generar energía eléctrica hasta 1959, cuando las inundaciones dañaron gravemente la infraestructura, haciendo inviable su operación.

Paralelamente a Cuñapiru, se desarrolló Santa Ernestina, un asentamiento minero donde se extraía cuarzo aurífero desde la galería que lleva su nombre. El mineral era transportado a la planta de procesamiento en Cuñapiru mediante una vía férrea. La máquina encargada de este transporte, llamada Clotilde, funcionaba con aire comprimido y se convirtió en un símbolo de la innovación tecnológica de la época.

El trabajo presentado por la Aparcería El Paraíso de los Gauchos no solo rescata la historia de las Minas de Oro de Corrales, sino que también rinde homenaje a quienes forjaron su legado. A través del Museo del Oro "Tito Pereira", se preserva la memoria de una época que transformó la región y dejó una huella imborrable en la identidad de Rivera. Este esfuerzo por mantener viva la historia es un tributo a la cultura, el trabajo y la resiliencia de quienes habitaron estas tierras.




Hay hombres que de su ciencia Tienen la cabeza llena; Hay sabios de todas menas, Mas digo sin ser muy ducho - Es mejor que aprender mucho El aprender cosas buenas."

- Martín Fierro